21 de marzo de 2023 | Actualizado 6:02
De izquierda a derecha: el delegado del Gobierno de la Región de Murcia, Diego Conesa; la presidenta de la Asamblea Regional de Murcia, Rosa Peñalver; el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras; Su Majestad el Rey, Felipe VI; el ministro de Fomento, José Luis Ábalos; el director general del Aeropuerto Internacional Región de Murcia, Mariano Menor; el alcalde de Murcia, José Ballesta, y el presidente de Aena, Maurici Lucena. | Aena

Felipe VI inaugura el Aeropuerto Internacional Región de Murcia tras permanecer siete años cerrado

Un vuelo procedente del Reino Unido ha sido el primero en aterrizar en este aeropuerto, que comienza a operar con 12 destinos europeos

El Aeropuerto Internacional de Murcia (AIRM), ubicado en Corvera, ha sido inaugurado hoy por Felipe VI. Siete años han transcurrido desde la finalización de las obras. El primer vuelo comercial, un Boeing 737-800 con capacidad para 189 pasajeros y operado por Ryanair, ha llegado procedente de East Midlands a las 10:25 horas y ha sido recibido con el tradicional arco de agua realizado por los bomberos del aeropuerto.

El acto de inauguración ha contado también con la presencia del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, y el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, entre otras autoridades. Felipe VI y la comitiva de autoridades han realizado una visita a las instalaciones para conocer el funcionamiento de las mismas. El acto oficial ha concluido con el descubrimiento de una placa conmemorativa de la inauguración por parte del rey.

El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha manifestado que “no hay ninguna duda de que, gracias a la experiencia de Aena en la gestión de los 46 aeropuertos y los dos helipuertos del Estado, el Aeropuerto Internacional Región de Murcia se consolidará como uno de los principales dinamizadores de la economía regional y como un elemento clave para mejorar su conectividad”.

16 OPERACIONES EL PRIMER DÍA 

Durante su primer día en activo, el aeropuerto tiene programadas 16 operaciones (8 llegadas y 8 salidas) con Reino Unido e Irlanda. Las compañías Ryanair e easyJet han operado vuelos con origen/destino a East Midlands (Ryanair), Bristol (easyJet), Londres-Stansted (Ryanair), Leeds Bradford (Ryanair), Birmingham (Ryanair), Londres-Southend, Londres-Luton (Ryanair) y Dublín (Ryanair). Para hoy se prevé que pasen por las nuevas instalaciones aeroportuarias alrededor de 3.000 pasajeros. 

El esperado Aeropuerto Internacional Región de Murcia comienza su andadura con conexiones a tres países (nueve con Reino Unido, dos con Bélgica y una con Irlanda) operadas por las aerolíneas Ryanair, easyJet y TUIfly. A Ryanair le corresponden siete rutas (Londres-Stansted, Londres-Luton, Manchester, East Midlands, Birmingham, Leeds-Bradford y Dublín), 3 destinos a easyjet (Londres-Gatwick, Londres-Southend y Bristol) y dos rutas a TUIfly (Bruselas-Charleroi y Amberes). 

Cabe destacar que la aerolínea Volotea ha anunciado que operará una ruta entre Corvera y el Aeropuerto de Asturias a partir de mayo. De esta manera, la región de Murcia volverá a tener conexión aérea con un destino nacional (el último fue con Madrid en enero de 2017).

UN AEROPUERTO POLÉMICO

Con la inauguración del Aeropuerto Internacional Región de Murcia se cierra un proceso que empezó en 2008, con la colocación de la primera piedra. Cuatro años más tarde se daban por finalizadas unas obras llevadas a cabo por Aeromur, una UTE liderada por la constructora Sacyr y formada por distintas empresas de la región, que también debía ser la concesionaria de la instalación.

Durante las obras, el Gobierno de Murcia se vio obligado a avalar a la constructora para poder finalizar estos trabajos, un aval que aún está pagando actualmente. Así pues, incontables problemas con la empresa constructora primero y después por el incumplimiento de diversos parámetros en la operativa llevaron a la infraestructura al centro de una batalla judicial entre Aeromur y el Ejecutivo regional, que dura hasta hoy día. Todo ello desembocó en un nuevo concurso para la concesión de la gestión del aeropuerto, en el que acabó imponiéndose Aena. De esta manera, se anulaba la decisión de que el aeropuerto fuera de gestión privada y pasaba a manos del Estado.