
De Baviera al mundo: la historia del camión de inyección diésel
El debate sobre el futuro del diésel está sobre la mesa. El coste medioambiental de los vehículos pesados tradicionales ha llevado a legisladores y fabricantes de todo el mundo a buscar alternativas más sostenibles sin perder la eficacia. En un contexto de evolución y cambio como el actual, es un buen momento para recordar el que fue en 1924 uno de los desarrollos técnicos más importantes del siglo en la producción de vehículos industriales: el primer camión de inyección diésel del mundo.
DESARROLLO DEL MOTOR
En 1897, el fabricante alemán MAN presentó al mercado el novedoso motor construido conforme a los estudios del ingeniero Rudolf Diesel, que comportaba un ahorro en los costes de operación del 75% frente a la gasolina convencional. No obstante, antes de poder ser utilizada en vehículos comerciales, la empresa alemana identificó dos problemas a resolver: su peso y su tamaño. El motor diésel de la época era tan grande como un camión y, sumado a su gran peso, limitaba sus usos prácticos.
El motor diésel de la época era tan grande como un camión y, sumado a su gran peso, limitaba sus usos prácticos
Para solventar estos dos inconvenientes, MAN se dio cuenta de una modificación esencial a hacer: la técnica de accionamiento debía reducirse para que el motor pudiera ubicarse en el capó. Esto implicaba, entre otros, la renuncia al compresor pesado y de gran volumen que tenía. “Como hoy en día, la economía y la eficiencia estaban en el foco de desarrollo de nuestros vehículos comerciales”, explica la compañía. Por ello, en 1919 emprendió la mejora técnica del motor para su uso en vehículos comerciales en la fábrica que MAN operaba en Augsburgo, y vio la solución en la inyección directa del combustible diésel. “Su desarrollo tuvo lugar en Augsburgo hasta 1923. Después se siguió llevando a cabo en la fábrica de Núremberg”, afirma la marca. La fábrica de Augsburgo era la más grande de MAN en aquella época, y donde se construían los motores diésel.
Fábrica de Augsburgo, 1922 / MAN Fábrica de Núremberg, años 20 / MAN
Para conseguir reducir el tamaño, el motor necesitaba nuevas válvulas que pudiesen aguantar la alta presión de la inyección. Además, en vez de tener imanes y bujías como los motores de gasolina convencionales, en los diésel de MAN se instalaron una bomba de combustible e inyectores. Estos fueron sólo algunas de las modificaciones de la marca antes de introducirlo en tres tipos diferentes de vehículos: camiones, buses y tractores, que fueron sometidos a numerosas pruebas de resistencia. “Además, también se pusieron algunos motores a disposición de negocios externos y se instalaron posteriormente, entre otros, en ferrocarriles y barcos a motor”, informa MAN.
En primavera de 1924, los ingenieros Sturm y Wiebicke necesitaron cinco horas y media para realizar los 150 kilómetros que separaban la fábrica de Augsburgo de la de Núremberg en un camión de inyección diésel. En la parte trasera del vehículo se encontraba el motor de gasolina originalmente instalado, como motor de reemplazo. Pero no fue necesario, ya que el nuevo motor diésel funcionó sin incidencias durante el trayecto. Una vez en Núremberg, se le quitó este agregado y se le instaló un nuevo cardán de tres toneladas.
En primavera de 1924, los ingenieros Sturm y Wiebicke necesitaron cinco horas y media para realizar 150 kilómetros en un camión de inyección diésel
Para realizar el trayecto, MAN había construido tres motores de prueba con diferentes modificaciones, del tipo W4V10/18, que fueron testados de manera intensiva durante todo el año: uno se quedó en Augsburgo y los otros dos fueron a Núremberg, donde se probaron en un camión y un arado de motor. Estos motores pesaban cada uno unos 420 kilogramos. Del 15 de marzo al 6 de agosto de 1924, el segundo de los tres, el que se introdujo en un camión con cardán de tres toneladas, realizó 2.500 kilómetros de prueba por los alrededores de Núremberg.
Poco después se desarrolló la primera serie nula con diez motores diésel de inyección. De ellas dos motores, el cuatro y el cinco, se vendieron a negocios externos y se instalarían posteriormente en 1925 en una locomotora y en una embarcación de la policía. Estos motores llevaban la descripción W4V11/18. De la siguiente serie, de nuevo diez unidades con motor diésel, se mostraría al público el motor número diez en la exhibición automovilística de Berlín, en diciembre de 1924. Además, el motor diésel número cuatro de esta serie fue el primero de MAN en ser exportado fuera del país. Éste se envió a Barcelona y fue instalado en un barco a motor que la marca tenía en España.
PRESENTACIÓN EN EL SALÓN DEL AUTOMÓVIL DE BERLÍN
Del 10 al 18 de diciembre de 1924, MAN presentó finalmente al público los resultados de sus innovaciones con dos ejemplares de motor: un primero en el stand que la marca disponía en salón, el 447 del pabellón de exposición II; y un segundo instalado en un camión, que desfiló por las calles de Berlín durante nueve días para el disfrute de visitantes y clientes. Además, el vehículo se construyó con un chasis bajo. Diarios como el ‘VDI Nachrichten’ lo etiquetaron como “la innovación más importante presentada en el salón” de ese año.
El camión fue enviado directamente desde la fábrica de Augsburgo y llegó en dos días a Berlín, llevando al mismo ingeniero Strum en él. Durante el largo trayecto no hubo ninguna incidencia y hoy en día, el motor exhibido en el salón se encuentra en el Museo Alemán de Múnich. El nuevo producto tuvo una buena acogida en los mercados y hasta finales de los años veinte su venta se concentró sobre todo en Alemania. No obstante, los camiones y buses de motor diésel de MAN intensificaron sus exportaciones a partir de 1930.

VENTAS DEL NUEVO CAMIÓN DE INYECCIÓN DIÉSEL
Para la venta del nuevo motor diésel de inyección se introdujo en Núremberg la denominación D 1580 A/B. Esta tipología sustituyó a la antigua identificación como W4V que se usaba en Augsburgo y, con este tipo, comenzó la producción en serie de motores diésel para vehículos comerciales. Por parte de los clientes, la empresa Kraftverkehr Bayern y la de servicios postales Reichspost en Múnich, Augsburgo y Núremberg recibieron cada uno un vehículo diésel de inyección para que lo utilizaran de prueba. Por otra parte, el primer camión de este tipo se vendió a la empresa Aktienbrauerei zum Hasen y el primer ómnibus en 1925 a Reichspost.

Posteriormente, para la construcción y avances en el desarrollo del motor diésel para vehículos comerciales se involucrarían significativamente los ingenieros Sturm y Mahler en Núremberg; y los ingenieros Huss y Wiebicke en Augsburgo. Hasta la actualidad, el que fue el primer motor diésel de inyección ha experimentado múltiples transformaciones. Después de la primera serie desarrollada en 1919, este tipo de motor de MAN evolucionó al que fue el G-Motor, en 1937; el M-Motor, en 1953 y el HM-Motor; hasta llegar a los más recientes MAN D20, D26 y D08 Common-Rail Motor de 2004. Casi cien años después de su invención, y tras el avance de la tecnología, todo apunta a que este tipo de motor dará paso gradualmente a otros de igual eficiencia, pero menos contaminantes.
MAN EN ESPAÑA
Aunque las primeras importaciones de camiones MAN a España se llevaron a cabo a comienzos de los años treinta, hasta 1987 no se puso en marcha oficialmente su primera filial propia. Un año después, en 1988, se inauguró en Coslada (Madrid) la que sería hasta día de hoy la sede actual. Por entonces, la plantilla estaba formada por unas 35 personas, que hoy en día se han convertido en más de 500 trabajadores. No obstante, las operaciones de la marca en la Península Ibérica se remontan a hace varias décadas, a través de la empresa Codima, SL como importadora privada de MAN desde 1973, y previamente mediante Comercial Rotini, SL.
Ómnibus diésel en España, 1934 / MAN Camión MAN en España, 1934 / MAN MAN, 1935