
La invención del paso de cebra para regular las urbes salvajes
La proliferación de entregas de última milla hace surgir múltiples cuestiones sobre la logística movilidad de las ciudades: a qué horas circular, con qué vehículos y dónde aparcar son posiblemente las más debatidas. Sin embargo, la seguridad en las calles también es uno de los principales factores a tener en cuenta.
Reglas y señales que todos damos por sentadas, como los pasos de cebra, tienen un origen no tan lejano. A pesar de que la creación de este tipo de cruces es relativamente reciente, los pasos de peatones encuentran su precedente hace más de 2.000 años y, hoy en día, aún se pueden visitar en las ruinas de Pompeya. Los romanos colocaban bloques de piedra en las calles para permitir a las personas cruzarlas sin tener que pasar por la propia vía, donde acostumbraba a ubicarse el sistema de alcantarillado.

Sin embargo, la primera señal de cruce no se creó hasta 1868 en el Bridge Street de Westminster, en Londres. Fue idea del ingeniero John Peake Knight, que lo concibió para permitir el paso seguro de los peatones por esta congestionada vía. La señal consistía en un brazo de semáforo que descendía de manera manual, equipado con luces en la parte superior que se iluminaban para aumentar la visibilidad de noche. Sin embargo, en enero de 1869, el gas usado para iluminarlas se filtró y causó una explosión, hecho que explica que los pasos de peatones no proliferaran en Gran Bretaña hasta 50 años después.
Entrado el siglo XX, se produjo un incremento en el tráfico de vehículos que, sumado a la eliminación de los límites de velocidad en la Gran Bretaña de 1930, provocó que las calles se convirtiesen en zona de guerra. Ante esta situación, los pasos de cebra se introdujeron por ley en la Road Traffic Act británica de 1934, una normativa introducida por el ministro de Transporte de la época, Leslie Hore-Belisha. El político calificó la situación de inseguridad en las calles como ‘asesinato en masa’ y casi perdió la vida poco después en un ejercicio de relaciones públicas para demostrar cómo utilizar los nuevos pasos. Concretamente, se introdujeron cruces de peatones con filas paralelas de luces y pernos para reducir el número de accidentes, pero las investigaciones revelaron que los peatones y conductores por igual ignoraban los pasos.
El nombre ‘paso de cebra’, aunque disputado, se le suele atribuir al político británico James Calleghan en 1948
Aunque el origen del nombre es disputado, se le suele atribuir al político británico James Calleghan. En 1948, Calleghan visitó el Transport Research Laboratory inglés, que trabajaba en una nueva idea para el cruce seguro de peatones. El equipo estaba liderado por George Charlesworth, al que se le conocería posteriormente como ‘doctor cebra’ por su invención. Al mostrarle el diseño blanco y negro, el político comentó que se parecía al diseño de una cebra, con lo que popularizó así su nombre.
Después de ser utilizado en algunos experimentos aislados, se instalaron estos cruces en unas 1.000 localizaciones del Reino Unido en 1949, aunque en su forma original estaban compuestos por rayas azules y amarillas alternadas. Poco después, en 1951, las marcas cambiaron a los colores blanco y negro que hoy en día se utilizan.
CRUCES CÉLEBRES Y CREATIVOS
El paso de cebra de Abbey Road, en Londres, es posiblemente el más famoso del mundo, tras haber aparecido en la portada de un disco de The Beatles. De hecho, el cruce fue designado hace un par de años de importancia nacional por parte del Gobierno británico. Después de este, otro de los pasos de peatones más populares es el ‘scramble crossing’ de Shibuya, en Tokio. Por sus cinco intersecciones pueden llegar a pasar hasta 3.000 personas al mismo tiempo, cada vez que la luz del semáforo se pone en verde para los peatones.
Portada del disco Abbey Road Cruce de Shibuya
Más allá de su uso funcional, los pasos de cebra también han servido para despertar la imaginación de las mentes más creativas. Algunos pasos incluyen diseños únicos en forma de arte con diferentes finalidades, desde la promoción del turismo hasta reivindicaciones diversas. Por ejemplo, París permitió en 2018 que algunos pasos se pintasen con los colores del arcoíris, con motivo del día del orgullo gay en la ciudad. En un principio, fueron concebidos de manera temporal, pero después de algunos actos de vandalismo homófobo, se declaró que permaneciesen allí de manera permanente. De hecho, no se trata de la única ciudad con una iniciativa similar, pues otras como Helsinki o San Francisco también se han sumado.
Cruce en París Cruce en Helsinki
Por otra parte, la creatividad también pasa por la instalación de pasos de cebra tridimensionales, basados en ilusiones ópticas. Las líneas blancas del cruce parecen flotar sobre el suelo, simulando una barrera física. Además, en la ciudad de A Coruña (Galicia) se modificaron algunos de sus pasos con manchas en vez de rayas, que recuerdan a una vaca en vez de a una cebra. El motivo del cambio fue promocionar la importancia de este animal para la ganadería gallega.
Paso de peatones en A Coruña Paso de peatones 3D
LOS PASOS DE PEATONES DEL FUTURO
Las nuevas formas de vida urbana y de reparto de mercancías demandan cada vez más alternativas eficientes a la seguridad y a la congestión de las ciudades. En este sentido, firmas como la británica Umbrellium ha desarrollado un cruce que combina la inteligencia artificial (IA), el machine learning y los sistemas de visión por ordenador para clasificar en tiempo real los objetos en movimiento de las vías. El prototipo cambia, según las condiciones, el flujo de peatones y vehículos y, entre otros, puede señalar con luces LED la posición de las personas.
El cruce ‘inteligente’ de Umbrellium combina inteligencia artificial, machine learning y visión por ordenador
Asimismo, en el ámbito estatal, la compañía AiCross ha desarrollado una plataforma vibratoria que se instala en los pasos de cebra, con o sin semáforo, para alertar a los transeúntes si se acerca un vehículo. La plataforma se activa al paso de los peatones cuando el semáforo está en rojo para ellos o cuando se acerca un vehículo, con el objetivo de poner la tecnología al servicio de la seguridad de las personas. Además, el dispositivo, que está fabricado con materiales de última generación utilizados en la industria aeronáutica, puede iluminarse y emitir señales acústicas para personas invidentes. Los pasos de cebra evolucionan al son de la tecnología y de los transeúntes, cada día más ensimismados en las pantallas de sus teléfonos móviles, pero todavía se parecen mucho a sus precursores en Pompeya.