
De bordalesas a smart containers: 130 años a pie de muelle
Corría el año 1890 cuando Bernardino Abad Vico se vio atraído por la idea de establecer un negocio de despacho de aduanas, por aquel entonces más conocidos como comisionistas. El puerto de Cádiz siempre había sido un recinto de mucho movimiento, aunque sus orígenes en la ubicación actual datan del siglo XVII con Felipe IV. El protagonismo de las importaciones y las distintas regulaciones sobre aranceles llevaron al fundador del actual Grupo Bernardino Abad a embarcarse en esta aventura que ya dura 130 años, primero centrado en el ámbito aduanero, entre 1890 y 1942 y, posteriormente, abarcando todos los aspectos del transporte de mercancías.
Un matrimonio en los años 40 sentó las bases para la unión empresarial y la creación de la compañía actual
La unión de dos familias comerciantes de Cádiz, la familia Abad, dedicada a los despachos de aduanas, y la Copano, especializada en transporte, manipulación en el puerto gaditano y armador de buques, permitió ofrecer a sus clientes un servicio completo de transporte, estiba, entonces denominada manipulación y despachos de aduanas en el puerto de Cádiz, ya con el nombre actual de Bernardino Abad. La compañía fue pionera en ofrecer un servicio intermodal completo, desde el transporte en origen, pasando por el despacho de aduanas y el transporte marítimo.
La llegada de Juan Antonio Copano Taboada a la familia gracias al matrimonio con Aurora Abad López en 1942, además de iniciar la etapa en la que se trabaja con la cadena logística completa, aporta dos embarcaciones de cabotaje, ‘Amparo G’ y ‘Cristo de la Buena Muerte’, que mantenían una línea regular con Faro (Portugal). Estas embarcaciones transportaban principalmente sal y vino e importaban madera. En la década de los 40, los acarreos del muelle se hacían con carros tirados por mulos, transportes con los que ya contaba Bernardino Abad, y se descargan grandes toneles y barriles a base de cadenas y poleas. En los años 60, llegan innovaciones conocidas por todos al transporte y las tareas de estiba, aunque por tradición se mantenían los carros, que definitivamente fueron jubilados junto a sus carreros en 1966.
LA IMPORTANCIA DEL TRÁFICO DEL TABACO
Una de las mercancías que merece especial mención es el tabaco. Bernardino Abad distribuía el tabaco en rama procedente de América a los Depósitos de Tabacos de Cádiz y Palazuelo (Cáceres), transporte para el que se utilizaba el ferrocarril, que, aunque parezca mentira, entraba en el mismo muelle. En 1926, se constituye el Servicio de Explotación Industrial del Tabaco (SEIT) y desde entonces, todas las gestiones las realiza Bernardino Abad, que ha continuado con esta actividad con Tabacalera, posteriormente Altadis e Imperial Tobacco. En Cádiz, se construyó la Fábrica de Tabaco, pionera en la contratación de personal femenino que da lugar a la construcción de unos depósitos de tabaco en terrenos de la Zona Franca de Cádiz. En la década de los 80, se construyó el Centro Industrial Tabaquero en el recinto interior de la mencionada zona franca y Bernardino Abad no solo gestiona las aduanas, sino que se encargó de la logística del transporte de toda la maquinaria desde Italia y el Reino Unido.
Entre los tráficos más importantes de la compañía, además del tabaco en rama, se encontraban los plátanos y tomates procedentes de Canarias, que tras ser despachados se cargaban en camiones, durante toda la tarde o toda la noche, dependiendo de la hora de entrada del buque, los plátanos con destino a Cádiz y Sevilla y los tomates, a Perpignan. Este tráfico estaba cubierto en la década de los 60 por los buques ‘Satrústegui’ y ‘Virginia de Churruca’ de la Compañía Trasatlántica y por el ‘Plus Ultra’ y ‘JJ Dómine’ de la Compañía Auxiliar de Navegación, hoy Trasmediterránea.
Bernardino Abad creció, entre otros, bajo el cobijo de los tráficos de tabaco, plátanos y tomates
Todo el corcho de exportación del actual Parque de los Alcornocales era tramitado y embarcado también por Bernardino Abad. La mercancía era enviada al exterior por dos grandes empresas corcheras, que se ubicaban en la zona de Algeciras: Corchera Española y Reliable Cork Company, de origen irlandés. La mayoría de la exportación iba con destino a Dublín a bordo de buques de McAndrews y Hutchinson. Las cartas de embarque eran del tamaño de periódicos antiguos, los llamados de formato sábana, y se confeccionaban con una multicopista de manivela, recuerdan desde la compañía.
Antes de la llegada del contenedor, el puerto de Cádiz se llenaba de barriles, bordalesas, bocoyes y bidones. La exportación de vino de Jerez, aceitunas y aceite era también una de las actividades esenciales de la empresa. En esa época, había permamentemente un tonelero que se encargaba de regar los barriles para que la madera no se dilatara y surgieran ranuras que posteriormente tuviera que reparar. También participaba en los reconocimientos fitosanitarios quitando el tapón y sacando aceitunas con un extractor especial que aportaba el inspector fitosanitario para que fueran reconocidas. Principalmente, se transportaban a América a través de navieras como D’Amico y Trasatlántica.
La expansión de la compañía se realizó a finales de los 70 de la mano de Bernardino Copano Abad
La llegada de Bernardino Copano Abad, sucesor de Juan Antonio Copano Taboada, en la década de 1970 da paso a una nueva evolución en la firma, con una política de expansión que tenía por lema ‘Tradición y expansión’. Se abrieron oficinas propias en Algeciras, Sevilla o Madrid. Gracias a este crecimiento y a su labor en la ciudad, recibió la Medalla de Oro de la Ciudad otorgada por el Ayuntamiento de Cádiz al Grupo Bernardino Abad. Desde el año 2009, el operador está dirigido por la quinta generación, con Bernardino Copano Gil como administrador único y Francisco Javier Copano Gil como director general.
En esta última etapa se ha incorporado la empresa de transporte Tránsitos y Transportes Logísticos y se ha incrementado el parque de contenedores propios para dar más agilidad y mejor servicio en el tráfico con Canarias. También se ha constituido una sociedad al 50% con la Zona Franca de Cádiz para la gestión de la sociedad Depósito Aduanero y Logístico Sur de Europa, almacén logístico de 12.000 metros cuadrados dentro del puerto de Algeciras. La digitalización también ha llegado al grupo, con la creación de un departamento dedicado a la misma y el desarrollo de un proyecto de smart container para la trazabilidad de la carga y el desarrollo de una app para incrementar y agilizar la comunicación directa con el cliente. Además, se han abierto nuevas delegaciones como las de Motril y Huelva y se ha iniciado la internacionalización del grupo con varias sedes en México.