Las farmacias con stocks automatizados reducen errores y multiplican referencias

La automatización y la robotización están llegando al almacenamiento de todo tipo de productos, entre ellos los medicamentos. Las farmacias han comenzado a incorporar soluciones de dispensación para mejorar su servicio de atención al cliente a la vez que ganan en rapidez, espacio y control sobre el stock. Aunque instalar esta tecnología representa un coste elevado, ya hay establecimientos en España que están dando el paso para ampliar su capacidad de respuesta ante la afluencia de un gran volumen de clientes sin prescindir de personal.

Estos sistemas de almacenamiento permiten agilizar la venta, dejando una parte del trabajo a un robot cuyo funcionamiento tiene el potencial de aplicarse a la dispensación de otro tipo de productos. Como señalan desde la compañía de diseño y fabricación TecnyFarma, estas máquinas están pensadas para optimizar la logística y los flujos de productos también en droguerías, centros logísticos u otros centrales de distribución farmacéutica, ya que el diseño del almacenamiento permite ajustar los canales a las dimensiones de los productos. El robot de farmacia no deja de ser un sistema de preparación de pedidos o picking, por lo que ya se usa en algunos almacenes de joyas o accesorios o en las mismas farmacias donde se venden cosméticos u otros productos. Sin embargo, el socio del fabricante Automatización Farmacéutica Augusto Rumoroso explica que, si bien existe tecnología compartida con otros sectores, la farmacia va “unos cuantos pasos por delante” en este campo.
ADIÓS A LA REBOTICA TRADICIONAL
La instalación de robots facilita también el aprovisionamiento. Si bien las farmacias cuentan con un mix de productos de distintos tamaños (comprimidos, sobres, jarabes, pomadas, etc), las dimensiones se encuentran en la base de datos de los fabricantes, quienes adaptan el espacio de almacenaje. Los distintos medicamentos se introducen dentro de la máquina, que los coloca y realiza inventario a través de un código BIDI. En él, se indica la descripción del producto, el código del mismo, la fecha de caducidad y el número del lote, lo que facilita la trazabilidad, ya que es el propio robot quien indica dónde colocarlo en la plataforma de carga y quien se encarga de almacenarlo en el espacio adecuado.

Aunque se puede instalar en cualquier tipo de farmacia, los proveedores de estas soluciones automatizadas explican que lo habitual es que sea en locales de pequeñas dimensiones: “En las farmacias de barrio, hay que aprovechar cada milímetro para dar cabida a todos los productos”, explica Mecalux. De esta forma, se amplía la sala de ventas deslocalizando el stock, o bien a lo que era la antigua rebotica, o bien a altillos o sótanos, señala Augusto Rumoroso (Automatización Farmacéutica). A diferencia de los habituales cajones a los que se accede mediante pasillos, es un brazo robótico el que localiza el medicamento solicitado mediante el ordenador y lo deposita en los conductos para su llegada al mostrador.
El propietario de Farmacia La Mancha, en Torrejón de Ardoz (Madrid), Ignacio Rayón, explica que la decisión de automatizar la farmacia, sin embargo, no se tomó por ahorrar espacio, sino por la ventaja de no tener que desplazarse y ganar en servicio: “Antes tenías que meterte dentro a buscar los productos y perdías el contacto con el cliente durante unos minutos. El hecho de que el farmacéutico se quede permite al cliente preguntar más cosas y establecer un vínculo”. Esta fidelización del cliente se consigue, por tanto, evitando “abandonar” al cliente para ir a buscar sus medicamentos y sin prescindir de personal, pues sigue siendo necesario que los farmacéuticos atiendan a los pacientes.
MENOR MARGEN DE ERROR HUMANO
Los almacenes de medicamentos automatizados responden a un conjunto de necesidades, entre ellas la optimización del stock, ya que el robot identifica los productos y cajas que hay en el almacén y evita extravíos. Ignacio Rayón (Farmacia La Mancha) sostiene que, en muchas ocasiones, solo hay una o dos unidades de un producto concreto por su baja demanda, por lo que es habitual que se pierdan en una rebotica tradicional, en tanto que el robot controla cada unidad. “Son errores que creemos que no pasan, pero lo hacen, y te hacen perder dinero”, señala. Estas situaciones se extienden también a la equivocación a la hora de recoger las recetas de los cajones, como se hace de forma tradicional: “Cuando llevas veinte recetas encima, puede ocurrir que se proporcione la caja que no es y la automatización nos permite ganar en calidad de prescripción. Se evitan bastantes errores humanos; no los extingues, pero reduces las posibilidades de fallo”, reconoce Rayón.
La automatización de estos almacenes permite evitar pérdidas o errores a la hora de dispensar un medicamento
Aunque el coste de automatización depende de la solución y necesidad a satisfacer, explican desde TecnyFarma, puede oscilar entre 21.000 y 80.000 euros, si bien otras soluciones rozan los 120.000 euros. Ignacio Rayón apunta que no considera que deba ser una “inversión principal”. De hecho, “puede valer más la pena invertir en una reforma, pero cuando tienes un volumen considerable de operaciones, es una buena decisión. Es una mejora de la calidad y de la imagen porque cuando puedes atender mejor a tus clientes, lo normal es que crezca la afluencia”.