La impresión 3D se postula para aportar flexibilidad a la supply chain postpandémica

La pandemia ha motivado retrasos en las entregas, falta de materias primas o parones en la producción. En este contexto, es necesaria una mayor flexibilidad y resiliencia en la cadena de suministro. Por ello, la sesión del BNEW 2021 sobre impresión 3D ha profundizado en el impacto que puede desempeñar esta tecnología en el futuro inmediato. Concretamente, el profesor del MIT y del Zaragoza Logistics Center (ZLC) Mustafa Çagri Gürbüz ha recordado que la posibilidad de poder compartir costes y licencias en todo el mundo, sin tener que empezar de cero en una nueva ubicación, “aumentaría la capacidad geográfica y unitariamente, pudiendo cambiar la producción de un punto a otro con facilidad”.
Por tanto, según Mustafa Çagri Gürbüz, los cambios de tendencia en la demanda, en el precio o los factores externos como alzas en los fletes se verían amortizados por la posibilidad de cambiar la producción de un punto a otro con relativa facilidad. También la impresión 3D impactaría a la hora de proveerse de materias primas, pues generalmente esta tecnología “requiere de materiales que se obtienen de forma cercana en comparación con la fabricación habitual” como son el plástico y el metal, explica el profesor del ZLC. Sin embargo, el consejero delegado de la compañía de piezas plásticas Industrias Alegre, Enrique Careaga, no ha coincidido durante su intervención con el análisis sobre materias primas. De hecho, ha subrayado la falta de capacidad actual por parte de los fabricantes para proveer de los material necesarios para la impresión 3D.
SIMPLIFICAR LA CADENA DE SUMINISTRO
La impresión aditiva lleva tiempo presentándose como una opción que podría ayudar a distribuir y descentralizar las cadenas de suministro, con varios almacenes en diferentes partes del mundo e incluso instalaciones de producción móviles. Según el profesor Mustafa Çagri Gürbüz, esta tecnología permitirá “reducir los costes del transporte al ubicar la producción más cerca del cliente, así como una reducción en los costes de entrega”. Esta simplificación en la cadena de suministro irá también de la mano de una disminución del stock, no solo por la posibilidad de fabricar bajo demanda elementos como piezas para sustitución, entre otras cosas, sino también por la posibilidad de producir de forma personalizada.
La impresión aditiva permite producir en cualquier sitio, lo que facilitará responder a la demanda
Precisamente, esta personalización es lo que marca la diferencia en la rentabilidad a la hora de utilizar la tecnología 3D para producir menores tiradas y producir en masa. En el caso de la producción tradicional, a mayor volumen de producción, menor coste; esto no sucede así en la impresión 3D, cuando el coste del producto aumenta de forma lineal con el número de unidades producidas. El fundador y consejero delegado de Pursang Motorcycles, Jim Palau-Ribes, ha manifestado la intención de enfrentarse al reto de escalar la producción, fabricando más unidades gracias a la inversión y a combinar materiales a la hora de imprimir.
De cara al futuro, la tecnología 3D puede ser algo “complementario” que servirá para algunos, pero no para otros, han reconocido los ponentes del encuentro. Algunos actores podrían incluso dejar de formar parte de la cadena de suministro, como los fabricantes de piezas, pasando a incluir esta fabricación inhouse. También servirá para la experimentación y las pruebas con prototipos, permitiendo producir los primeros modelos de una forma mucho menos costosa. “Es muy importante establecer un equilibro entre los costes que supondría el desarrollo de la impresión 3D en la cadena de suministro y las ventajas que se derivarían al reducir la complejidad y los costes asociados”, ha concluido el profesor del ZLC Mustafa Çagri Gürbüz.