
De fondeadero de un metro de calado a cuatro dársenas en 120 años
Cádiz, la Tacita de Plata. Ciudad mundialmente conocida por sus carnavales, siempre ha tenido una vocación marinera y de comercio marítimo, que ha sido uno de los motores de su economía. Su puerto ha jugado un papel fundamental en la ciudad, pero también en la historia de España. Su Junta de Obras, germen de la actual autoridad portuaria, está de aniversario: el pasado 8 de febrero sopló 120 velas. De aquel fondeadero para embarcaciones de hasta un metro de calado se ha pasado ahora a cuatro dársenas ubicadas en tres municipios.
Toda gran obra tiene siempre algunos valientes que apuestan por ella y dan pasos decisivos. Aquellos precursores fueron destacados por el presidente de la Autoridad Portuaria de Cádiz en 2002, año del centenario de la constitución de la Junta de Obras, Rafael Barra, que destacaba la “obra de hombres como Cortés, Cerero o Fernando Montañés, fundamental para que la semilla que sembraron, con tanto esfuerzo y tesón, germinara en los albores del siglo XX”. El libro del centenario de la Junta de Obras del puerto de Cádiz recoge estos esfuerzos previos a su constitución.
Apellidos como Cortés, Cerero o Montañés sembraron la semilla para que germinara en los albores del siglo XX
Los proyectos para dotar al puerto gaditano de unas mejores infraestructuras datan de la década de los 50 y 60 del siglo XIX, de la mano del brigadier Manuel Muñoz, ingeniero militar, y del Ingeniero Jefe de Obras Públicas, Manuel Martínez Vila. Sin embargo, los pasos decisivos fueron emprendidos por el ingeniero militar Rafael Cerero en 1868. Cerero solicitó del Gobierno la concesión necesaria para ejecutar, a su costa, las obras. Así, el 4 de diciembre de 1874 se constituyó la Sociedad del Puerto Mercantil de Cádiz, con la participación de la testamentaría de Diego Fernando Montañés, que adquirió los bienes y derechos de la sociedad mercantil en 1879 y se comprometió a “sufragar las obras hasta donde sus medios le alcanzaran para, posteriormente, fuera el Estado el que quedara como propietario de lo construido y continuara las obras”, según recoge el libro del centenario.
La Junta de Obras del Puerto de Cádiz se constituye el 8 de febrero de 1902, con Joaquín R. Guerra como presidente, designado por la Cámara de Comercio, y Enrique Mac Pherson como vicepresidente, en calidad de armador y consignatario. El puerto, en 1902, no era más que un fondeadero para embarcaciones de hasta u metro de calado. El 28 de abril de ese año, la Jefatura de Obras Públicas de Cádiz hace entrega de todas las obras, instalaciones, material fijo y flotante y demás elementos a la Junta de Obras, además del muelle Viniegra Valdés de Puntales.
El primer plan de obras fue aprobado el 9 de julio de 1903, y su autor fue el primer Ingeniero Director, Federico Moliní. El plan fue modificado por el Ingeniero Director Emilio Martínez y aprobado el 14 de febrero de 1906. “Tras dos concursos de licitación declarados desiertos, en 1907 se adjudican las obras a la Societá Vénetta per construzione ed esercizio de Ferrovie Secondaire Italiane”. El primer tramo a construir fue el muelle Reina Victoria, cuyas obras se prolongaron hasta 1912 y costaron algo más de 3,1 millones de pesetas.
PRIMEROS PASOS DE LA ACTUAL ZONA FRANCA DE CÁDIZ
Otro de los hitos significativos y que marcaría el futuro del puerto de Cádiz fue la concesión en 1914 de un depósito franco que, a partir de diciembre de 1915, se instaló en locales alquilados en extramuros para pasar al muelle Alfonso XIII en octubre de 1923. La explotación corría a cargo de la sociedad arrendataria Crédito y Docks, que abonaba a la Junta el 50% de la recaudación bruta obtenida. En 1929, se autorizaba la creación de un consorcio para la administración de una Zona Franca en Cádiz. En 1948, se otorgó por Orden Ministerial una concesión administrativa al Consorcio de la Zona Franca de Cádiz para la instalación provisional de sus instalaciones en el muelle Alfonso XIII, con una superficie de 5.715 metros cuadrados y un cánon de 111.178,33 pesetas anuales.
En las primeras décadas del siglo XX, el puerto de Cádiz va tomando forma. Las primeras cuatro grúas eléctricas del recinto fueron adquiridas en el año 1916, e instaladas inicialmente en el muelle Reina Victoria y, después de su construcción, en el muelle Marqués de Comillas. Su potencia era de tres toneladas y se invirtieron en su adquisición 175.000 pesetas, además de las 8.420 pesetas que costó la instalación de la energía eléctrica para su funcionamiento. Aunque la electrificación nos parezca un concepto tan actual en el ámbito portuario, lo cierto es que Cádiz ya contaba en 1932 con siete grúas eléctricas, seis de tres toneladas y una unidad de cinco toneladas.
El puerto comercial de Cádiz, conocido como Dársena Moret, contaba en 1952 con mil metros de línea de atraque y 208.000 metros cuadrados de zona de servicio, en la mencionada dársena. Con referencia a todo el puerto, disponía de 3.200 metros de muelles y 439.200 metros cuadrados de superficie. En 1954, ya se habían terminado de ejecutar las obras de nuevas vías y pavimentación de los muelles, que permitieron el empleo simultáneo de todas las grúas y el uso de las nuevas carretillas eléctricas que fueron adquiridas entre 1951 y 1952.
Principales hitos en la historia del puerto de Cádiz
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Autoridad Portuaria de Cádiz
Las décadas de los 50 y 60 del siglo XX fueron decisivas para el futuro del recinto gaditano. En 1969, ya había concluido la prolongación del dique de Levante, con la que culminó el abrigo del puerto de Cádiz. El inicio del tráfico Ro-Ro se produjo en diciembre de 1972 con la concesión a Trasmediterránea para “dispositivo de embarque de vehículos”. Sin embargo, no fue hasta 1981 cuando se realizaron las actuaciones encaminadas a dotar al puerto de Cádiz de una verdadera terminal Ro-Ro. Así, se otorgó una concesión a Vapores Suardíaz para la instalación de una rampa en el muelle Reina Victoria y se acometió el proyecto “muelle adelantado para dos atraques por popa”, y se concedió la explotación de uno de ellos a la Compañía Trasmediterránea. En la dársena de El Puerto de Santa María, se instaló en 1988 una rampa Ro-Ro en el extremo norte del muelle Exterior que servía el tráfico con las Islas Canarias.
LLEGA LA CONTENERIZACIÓN AL PUERTO DE CÁDIZ EN LOS SETENTA
El tráfico de contenedores comenzaba a tener protagonismo, y en 1973 se iniciaron los trabajos de ampliación del muelle Alfonso XIII para albergar este tráfico, mientras que en mayo de 1976 ya operaba la primera grúa portacontenedores en el muelle Reina Sofía, prolongación del muelle Alfonso XIII. La superficie de maniobra y almacenamiento de contenedores era en aquella época de 40.000 metros cuadrados. La ampliación de la terminal de contenedores Reina Sofía se llevó a cabo con los materiales procedentes del dragado del canal de entrada a la cota -11 metros durante 1982. Esta obra fue la de mayor presupuesto de todas las llevadas a cabo hasta entonces desde 1902, con un total de 663,4 millones de pesetas y fueron inauguradas en 1984, con una superficie operativa de 195.000 metros cuadrados y 600 metros de líneas de atraque, equipadas con dos grúas portacontenedores de 40 toneladas, a las que se uniría una tercera en 1986.
La primera grúa portacontenedores del puerto de Cádiz empezó a trabajar en 1976
Ese mismo año, se iniciaron los trabajos de la primera fase de la construcción del muelle de La Cabezuela en Puerto Real, donde se trasladarían las operaciones de graneles sólidos que se realizaban en el muelle Marqués de Comillas. La primera fase finalizó en marzo de 1990 y en octubre atracó el primer buque, el ‘Castillo de Atienza’, para realizar una operación de carbón tras ser instaladas durante el verano cuatro grúas de 16 toneladas. El muelle de La Cabezuela experimentó también una modificación en los albores del siglo XXI. Su línea de atraque se amplió en 117 metros y desde 1999 contaba con una nueva grúa pórtico de 30 toneladas trasladada desde la dársena de El Puerto de Santa María.
En 1982, nace la Junta del Puerto de la Bahía de Cádiz, precursora de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, y se unifican las instalaciones portuarias de Cádiz y el Puerto de Santa María. Desde el 1 de enero de 1993, con la entrada en vigor de la Ley 27/92 de 24 de noviembre de Puertos del Estado y de la Marina Mercante, la Junta del Puerto pasa a denominarse Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz. La nueva era arranca con el primer plan estratégico elaborado en 1999, que apuesta por la polivalencia y la especialización de las dársenas por tráficos. Dos grandes infraestructuras nacen de esta concepción: el muelle sur de La Cabezuela y la nueva terminal de contenedores, “piedra angular sobre la que pivota el presente y el futuro del puerto de la Bahía de Cádiz”, ha indicado la autoridad portuaria. Junto a ellas, se amplió el muelle Marqués de Comillas para crear una terminal específica para el tráfico rodado con Canarias.
El presente y el futuro del puerto de Cádiz pivota sobre la nueva terminal de contenedores
La nueva terminal de contenedores está preparada para acoger a los mayores buques, ya que la actual del muelle Reina Sofía, por sus características técnicas, admite solo barcos de menores dimensiones. A su vez, el traslado del tráfico a la nueva terminal permitirá potenciar el tráfico de cruceros, ya que se podrá especializar la dársena histórica en este tráfico. En los próximos años, la Autoridad Portuaria de Cádiz ejecutará la segunda fase de esta infraestructura, con la construcción de 510 metros de línea de atraque y 11,6 hectáreas de superficie.
De cara al futuro, los grandes retos son la digitalización, la sostenibilidad ambiental y la seguridad, además de continuar la apuesta de la autoridad portuaria por la accesibilidad. En este sentido, la marítima se mejorará con la profundización del canal de acceso y la ferroviaria contará con la ejecución del acceso a la terminal de contenedores y a la dársena de La Cabezuela en Puerto Real, ya en marcha por Adif, que culminará “la conexión electrificada por doble vía del puerto con el corredor central y el Corredor Mediterráneo”, ha explicado la institución. A medio plazo, el puerto de Cádiz espera contar con la electrificación de los muelles de la dársena de la capital, en su apuesta por la sostenibilidad ambiental.