Las farmacéuticas defienden producir los principios activos en España para evitar disrupciones

El conjunto de factores que propician un incremento de costes generalizado, sumado a las tensiones globales de la cadena de suministros, también afecta a la industria farmacéutica, en concreto al abastecimiento de su materia prima. Actualmente, más de la mitad de los principios activos (APIs, active pharmaceutical ingredient) presentes en muchos de los medicamentos que se consumen en España provienen de India y de China. Con la irrupción de la pandemia, la industria farmacéutica defiende la relocalización de sus centros de producción a Europa y a España, pero para ello solicita ayudas que permitan esta reindustrialización.
Antes de la llegada del Covid, el sector empezó a fijarse en el origen del principio activo de ciertos productos, tanto de marcas como de medicamentos genéricos, porque “se fabricaba en países asiáticos donde no se garantiza la calidad, pero se producen allí por razones de costes”. Cuando llegó la pandemia, relata el secretario general de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg), Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, “hubo tensiones de producción y de oferta y demanda de todos los países del mundo, especialmente de principios activos”. De hecho, “la pandemia ha mostrado la excesiva dependencia que Europa tiene de países asiáticos en la producción de principios activos y medicamentos esenciales, de ahí que debamos aumentar las garantías en materia de disponibilidad de fármacos”, añaden desde la multinacional farmacéutica Cinfa.
“La lección que ha aprendido Europa es que no podemos depender tanto de terceros países”
Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda Secretario general de Aeseg
Debido a estas tensiones, la Comisión Europea presentó en noviembre de 2020 la Estrategia Farmacéutica de la UE, que incluye un apartado específico sobre la mejora de los mecanismos de preparación y respuesta ante las crisis, así como la diversificación de las cadenas de suministro del sector. “La lección que ha aprendido Europa es que no podemos depender tanto de terceros países”, señala Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda. La reindustrialización propuesta por el Ejecutivo comunitario se basa en tres razones primordiales que beneficiarían a los Estados miembro y también a España, “porque no es bueno que dependamos tanto de terceros países para la fabricación y suministro de principios activos”; la segunda es que esta relocalización generaría “un efecto llamada para que países de fuera del entorno europeo inviertan en Europa”, y la tercera es que “habría un incremento del PIB europeo, mayores inversiones y más empleo”.
LÍDERES EUROPEOS EN PRODUCCIÓN DE PRINCIPIOS ACTIVOS
España e Italia son los principales productores de principios activos de la industria farmacéutica en la UE. Según datos aportados por Farmaindustria, existen un total de 160 plantas en territorio español, de las cuales 82 producen medicamentos de uso humano (de marcas y genéricos) y el resto fabrican principios activos, productos de uso veterinario y biológicos. Asimismo, según la Asociación Española de Fabricación de Productos de Química Fina (Afaquim), la producción española de principios activos representa el 5% mundial. Un ejemplo son las dos plantas productivas del gigante alemán Bayer. Su centro ubicado en La Felguera (Asturias) concentra el 100% de la producción del principio activo de la Aspirina y, desde noviembre de 2021, produce parte del nifedipino, la materia prima de medicamentos destinados a la salud cardiovascular. Alcalá de Henares es el lugar escogido por la compañía para fabricar cápsulas de gelatina blanda, principalmente para exportación, y la fórmula líquida de los medios de contraste.
Aun así, el sector farmacéutico está recibiendo un impacto de los costes de fabricación de más del 10%, según estimaciones de Aeseg, derivados del incremento del precio energético, de los transportes (contenedores y fletes marítimos, principalmente), y de las materias primas, donde además del principio activo se incluyen los costes de prescribir el medicamento, del blíster de aluminio, el cartón y del papel del prospecto. Todos estas circunstancias “han impactado directamente sobre un precio fijo”, lamenta Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, “con lo cual no hemos tenido la escapatoria de otros sectores que podían aumentar el precio de sus productos y aliviar esta tensión”. En el caso de los medicamentos genéricos, los precios son fijados por el ministerio de Sanidad y, por esta razón, cualquier incremento de coste ha sido absorbido por la propia empresa.
5%
España lidera la producción de principios activos farmacéuticos en la UE y representa el 5% mundial
A pesar del impacto económico, “no debemos olvidar que la industria farmacéutica nacional ha asegurado, incluso en los momentos más críticos de pandemia, el abastecimiento de medicamentos esenciales”, recuerdan desde Cinfa. Esto se debe al stock de seguridad. “Tenemos aún stock de seguridad suficiente como para garantizar la fabricación y suministro de los medicamentos necesarios, con lo cual no podemos trasladar una alarma social”, asegura Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda. Al mismo tiempo, reclaman a las administraciones un incremento de precios en productos genéricos de menos de 1,60 euros, que representan el 50% de los medicamentos esenciales. Desde Cinfa suscriben esta propuesta para garantizar el abastecimiento de estos productos: “Es difícil no tener cierta dependencia de países terceros en algún eslabón de la cadena”.
UN PERTE DE SALUD LIMITADO
El Gobierno presentó a finales del 2021 el PERTE de Salud de Vanguardia, que prevé una inversión del sector público y privado de 1.469 millones de euros entre 2021 y 2023 para fomentar la digitalización e innovación de la industria farmacéutica. En relación a los proyectos privados, Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda (Aeseg) afirma que “realmente en términos económicos no ha sido lo suficientemente amplios como se esperaba”. La crítica se basa en que la inversión del PERTE se ha dirigido principalmente a gasto público (digitalización de la atención primaria, programas de conexión de genómica, de medicina personalizada) y no tanto a la reindustrialización. “El PERTE de Salud de Vanguardia aporta poco impulso a esta reindustrialización”, aseguran desde Cinfa.
El PERTE de Salud de Vanguardia aún está por desarrollar a lo largo de 2022 y 2023
Por esta razón, la industria farmacéutica ha elaborado su propia propuesta: el proyecto Medicamentos Esenciales y Capacidades Industriales Estratégicas para la cadena de valor de la Industria Farmacéutica Innovadora en España (MedEst). Se trata de un consorcio liderado por la patronal Farmaindustria, Aeseg y Afaquim, de 40 compañías farmacéuticas con planta de fabricación en España que “responde a la preocupación, constatada durante la pandemia, de la excesiva dependencia que Europa tiene de países asiáticos en la producción de principios activos y medicamentos esenciales”, explican desde Farmaindustria.
Con una inversión total de 1.720 millones de euros, el proyecto busca un doble objetivo, “asegurar una mayor protección estratégica a nuestro país”, sobre todo en caso de crisis sanitarias, “y mejorar la competitividad productiva de la industria farmacéutica en España a través de su capacitación en conocimiento, tecnología y digitalización”. MedEst se enmarca en el programa de impulso de proyectos tractores de Competitividad y Sostenibilidad Industrial del ministerio de Industria. “Esperamos poder concretar con la Administración el alcance que tiene previsto”, afirman desde Farmaindustria, “y ver así en qué medida un proyecto como MedEst puede llevarse a cabo”.
1.720 millones de euros
El proyecto MedEst contempla una inversión total de 1.720 millones de euros
Desde que este proyecto se presentó al Gobierno en verano de 2021 no ha habido novedades, pero desde Aeseg confirman que “estos proyectos van a seguir desarrollándose porque hay voluntad por parte del sector”, pero no quizás de una manera tan ayudada como se preveía en un principio por puntos derivados del PERTE de Salud de Vanguardia. “Apostar por reforzar la industria farmacéutica nacional no solo es rentable, sino necesario”, apuntan desde Cinfa. Por supuesto, reindustrializar Europa implica un incremento de precio, porque “los costes de fabricación europeos posiblemente sean más elevados que en los países asiáticos”. Sin embargo, “cuando hablamos de medicamentos, el precio no puede ser el factor determinante”, manifiesta Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda. Por encima del coste, estaría la seguridad de suministro, de fabricación, la garantía de que el ciudadano va a tener acceso a los medicamentos esenciales y evitar desabastecimiento puntuales. “Para evitar esas situaciones potenciemos nuestro sector y no vayamos tanto a comprar fuera”, afirma el secretario general de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg).