La expansión del quick commerce decae por las regulaciones y las dudas sobre su rentabilidad

La tendencia a la velocidad en las entregas de productos adquiridos online está cada vez más en cuestión. La morfología del denominado quick commerce ha variado en los últimos meses, desde la irrupción de varias empresas que a partir de la pandemia apostaban fuertemente por entregas cada vez más rápidas, en el marco de un ecommerce en expansión y ante el aparente éxito de varias compañías pioneras. Ahora, expertos y nuevos actores siguen valorando las posibilidades de los modelos veloces -desde las entregas en un mismo día, en dos horas o hasta en minutos-, pero constatan los obstáculos de un mercado joven y rápidamente cambiante, que requiere grandes dosis de inversión inicial, altos niveles de stock y almacenamiento próximo al cliente. Además, algunos ayuntamientos cuestionan la sostenibilidad medioambiental del modelo y están implantando normativas restrictivas para limitar este modelo de negocio. Por ello, los actores del sector se plantean su idoneidad en cuanto a su uso para todo tipo de productos y también por las dificultades para crear un modelo rentable y sostenible en este tipo de servicios ultrarrápidos.
“Habrá que ver si a largo plazo será rentable y si la sociedad o las regulaciones se lo van a permitir”
Ramón García Director general del Centro Español de Logística (CEL)
El aterrizaje y aparición en España de varios actores que apostaban por las entregas rápidas y ultrarrápidas, en la estela de la nativa Glovo, activó en el último año el debate alrededor de la inmediatez en la última milla. El modelo, un trasvase del delivery de comida, pero aplicado a un ámbito más propio de paquetería, ha figurado en los informes de predicciones sobre el futuro del comercio online, y ha actuado como reclamo para operadores que llegaban a ofrecer entregas de dos horas en todo tipo de productos retail, como la moda, o el gran consumo. Sin embargo, con la reducción del mercado conocido como ultrarrápido -la absorción de Gorillas por parte de Getir en diciembre y la retirada de Gopuff, unos meses antes-, la influencia de estos modelos es cada día más reducida. Algunos operadores logísticos que llegaron a impulsar un ecommerce alrededor de las entregas en dos horas hace unos meses ya no priorizan ese reclamo en sus sitios web, y alguno ha rechazado participar en este reportaje por poner su foco, precisamente, en las entregas rápidas.
“Es un mercado nuevo, está creciendo a marchas forzadas” reflexiona el director general del Centro Español de Logística (CEL), Ramón García. “Están cambiando los hábitos de consumo, hay unos players que tienen unas prácticas que han venido creciendo, pero no su tamaño de mercado, y habrá que ver si a largo plazo eso será rentable o no, y si la sociedad o las regulaciones se lo van a permitir”. En este sentido, Ramón García considera que la generalización de entregas en franjas de tiempo cortas ha respondido sobre todo a “una estrategia de posicionamiento”, “un oportunismo por tamaño de mercado complejo”, pero augura que la conjunción entre rentabilidad y regulación ajustará a corto término “qué verdaderamente debe ser rápido”.
“No todas las entregas son urgentes ni precisan ser de dos horas”
Marc Bayo Director de Seur Now
Seur es una paquetera que dispone de un servicio de entregas rápidas, Seur Now. La empresa anuncia “entregas en franjas de dos horas”, y señala que “hace ya 25 años detectamos que los clientes necesitaban una garantía de que sus pedidos fueran entregados directamente tras la recogida”. Presta servicio en diez ciudades españolas y prevé ampliar las localizaciones en las que ofrece este servicio. Sin embargo, el director de la división, Marc Bayo, caracteriza este servicio como un modo para entregas urgentes: “No todas las entregas son urgentes ni precisan ser entregadas en dos horas, por lo que no es un servicio que tenga que ser generalizado para todo el sector, sino para cubrir necesidades específicas como son las entregas garantizadas en franja horaria”.
Es una idea parecida a la que maneja Tuklo, una joven compañía nacida del grupo Mox que ofrece una plataforma de software de soporte para negocios de última milla. Refiriéndose a las entregas en minutos, su director de Producto, Enric Ochoa-Prieto, sostiene que “conviene plantearse qué productos sí encajan en la entrega ultrarrápida”, que suelen ser los perecederos, la comida. Por ello, el directivo considera que “parece un modelo viable como extensión de otros modelos”. De hecho, añade, “lo hemos visto con empresas de food delivery que han sumado el quick commerce como servicio asociado, pero hay dudas de si es un negocio rentable con tanta competencia y qué tipo de valor se aporta tanto a proveedores como clientes”. No obstante, el sistema de Tuklo sí ofrece la posibilidad de habilitar a sus clientes para generar entregas ultrarrápidas (entre otras opciones), si es necesario.
ENTREGAS RÁPIDAS Y ULTRARRÁPIDAS: ¿UN FUTURO DISTINTO?
La rapidez en la operativa dirige las entregas en un mismo día, en dos horas o hasta en minutos, ¿pero tienen todos estos modelos las mismas dificultades y perspectivas de futuro? Para el formador y consultor experto en logística, José Carlos Gisbert, no: “Los modelos ultrarrápidos tienen una problemática diferente, ya que ofrecen unas condiciones de entrega que difícilmente pueden ser cumplidas y que, además, requieren una gran cantidad de recursos de transporte y de stock”. En este sentido, argumenta que “un pedido que tenga que ser preparado en un almacén y luego transportado hasta el cliente siempre tendrá un margen de tiempo más amplio que si es el propio rider el que va a por el pedido, lo recoge y lo lleva al cliente, para los pedidos que requieran una preparación la entrega ultrarrápida no es viable”. En cambio, las otras versiones sí serían viables para toda tipología de productos. “En principio, los modelos de dos horas o entrega en el mismo día, bajo mi punto de vista, seguirán manteniéndose como una opción válida sobre todo aplicada a las áreas urbanas”, sostiene el experto logístico.
¿Hasta qué punto servicios como estos han acostumbrado al cliente a la velocidad? Para Enric Ochoa-Prieto (Tuklo), es difícil disociar la demanda de la oferta: “Es evidente que vivimos en el mundo de la inmediatez, a varios niveles, uno es la logística”. Se trata de “un sector atractivo para inversores que entran y salen rápido, pero complejo en cuanto a cuadrar números”. El director de Producto de Tuklo, recuerda que, “como en todos los negocios, hay que plantearse: ¿El público pedía entregas de diez minutos o bien las empezó a pedir cuando se generó la oportunidad?”. Desde Riderist, otra empresa nacida del grupo Mox y que ofrece a negocios un servicio integral de última milla por suscripción, su directora ejecutiva, Rocío Gancedo, argumenta que “la velocidad puede ser un factor importante a la hora de comprar un producto en línea, ya que los compradores esperan una experiencia de compra rápida y sin problemas”. Sin embargo, “hay otros factores que también son importantes, como la seguridad, la facilidad de uso, la disponibilidad de opciones de pago y envío, etc”, recuerda Gancedo. A este respecto, concluye que “la velocidad es un factor importante, pero no es el único”.
“La entrega directa al destinatario supone el 20% más de emisiones que otras opciones”
May López Directora de Desarrollo en Empresas por la Movilidad Sostenible
De hecho, otro factor tiene que ver con la sostenibilidad del modelo, ya sea empresarial o medioambiental. En el primer caso, destaca la necesidad de disponer de una infraestructura de abastecimiento próxima a los destinos de reparto y una flota amplia y en constante movimiento, aspectos en los que algunas instituciones públicas han puesto el foco, precisamente, por su efecto medioambiental. En este sentido, Marc Bayo (Seur), apunta que la entrega rápida no está reñida con la sostenibilidad: “Casi el 100% de la flota de nuestro servicio Seur Now es de cero o bajas emisiones y nos hemos marcado como objetivo alcanzar un porcentaje del 50% de flota eléctrica en 2023”.
Sin embargo, la directora de desarrollo de Empresas por la Movilidad Sostenible, May López, sostiene que un modelo de entrega rápido generalizado sí generaría ese impacto negativo: “Considerando que este tipo de entrega conlleva una entrega directa al destinatario que de media supone el 20% más de emisiones que la entrega en puntos de conveniencia, bien sean en tiendas o lockers, vemos claramente uno de los muchos impactos negativos que pueden generar y que cada vez más ayuntamientos comenzarán a limitar”. Por su parte, Ramón García (CEL) considera un error acometer las problemáticas de la última milla con prohibiciones, aunque lo atribuye a un momento de transición en el cual todos los actores están determinando cuál es su sitio: “Ahora mismo, estamos aprendiendo todos, actores, consumidores y Administración, pero llegará un momento que ya tendremos criterio para ir a la tienda y saber qué me tienen que traer y cómo me lo tienen que traer, y cuándo tiene que ser ultrarrápido”, pronostica.