La cifra de negocio del puerto de Barcelona impulsa sus inversiones en sostenibilidad

El puerto de Barcelona iniciará un nuevo ciclo inversor este año dotado con hasta 300 millones de euros. El denominador común de este conjunto de inversiones es la mejora de la sostenibilidad de todos los servicios y equipamientos del recinto. Entre ellos, destacan desarrollos en gestación como la electrificación de muelles, la actualización de varias de sus infraestructuras portuarias, la mejora y ampliación de su vertiente ferroviaria y la transformación de los espacios más cercanos a la ciudad, todos ellos proyectos activados en 2022 y que podrían alargarse en algunos casos hacia el año 2025. En gran medida, esta estrategia inversora se sostiene en los resultados económicos del pasado ejercicio, periodo en el que ha registrado una cifra de negocio de 181 millones de euros, el 20% más que en 2021 y, por primera vez desde la pandemia, un montante superior al de 2019 (entonces ascendió a 172 millones de euros). “Para afrontar estas inversiones es imprescindible contar con un punto de partida como son las cifras de cierre de 2022” ha manifestado a este respecto el presidente del recinto, Lluís Salvadó.
“Las cifras de 2022 son imprescindibles para afrontar estas inversiones”
Lluís Salvadó Presidente de la Autoridad Portuaria de Barcelona
Según lo ha desgranado el presidente de la autoridad portuaria en el balance anual de la entidad, “las inversiones previstas cubren la totalidad de la infraestructura del puerto”, pero “las más sustanciales” se centran en dar continuidad a proyectos que ya estaban en activo. La mayor parte del capital previsto, unos 200 millones de euros, se distribuye entre distintas infraestructuras portuarias que deben ser actualizadas para adaptarse “a los cambios que se producen en el sector marítimo”, y afecta a desarrollos en activo como el del contradique norte, el traslado de los pasajeros al moll Adossat, la readaptación de los atraques del muelle de la Energia, y el despliegue del dique sur de la instalación, el futuro muelle Catalunya. En cuanto al resto de la inversión, recae sobre la transformación de los espacios del Port Vell, el más cercano a la ciudad; sobre la construcción de los futuros accesos ferroviarios del recinto, ya inmersos en su segunda fase; y la electrificación de muelles, que en este 2023 “debería iniciar la licitación de la subestación eléctrica y la interconexión entre los muelles de la Energia y el muelle Adossat”, según ha revelado Lluís Salvadó.
El nuevo paquete de inversiones del recinto contrasta con las efectuadas en el ejercicio 2022, cuyo pronóstico se situaba en 81 millones de euros hace un año, pero finalmente ha quedado en 31 millones ante la dilatación de los procesos y trámites administrativos del actual modelo de gestión del sistema portuario. Según ha reconocido la subdirectora general y responsable del área económica del puerto, Miriam Alaminos, 2022 ha sido un ejercicio donde principalmente “se han acometido varias actuaciones de pequeño presupuesto”. Y, sin embargo, son precisamente los resultados económicos del año pasado los que permiten impulsar el nuevo ciclo inversor, empezando por el cashflow operativo de la entidad, que con 101 millones de euros se ha incrementado el 19% respecto a 2021 y es “la magnitud que marca la capacidad del puerto para invertir”, ha recordado la directiva. También el resultado del ejercicio refleja la subida -el 66% más que en 2021-, aunque los porcentajes quedan por debajo del 97% de incremento que arroja la cifra de explotación, explicada, según Miriam Alaminos, “por el incremento de la actividad portuaria y de los costes del suministro eléctrico”. En 2022, el Ebitda del puerto de Barcelona se ha situado en 104 millones de euros.
En cuanto a la cifra récord del volumen de negocio, también se debería en gran parte al crecimiento de los tráficos, especialmente al de contenedores y a los graneles líquidos, que suman el 50% del montante total, según la autoridad portuaria. La otra mitad, ha aclarado la responsable económica del recinto, es producto, sobre todo, de los ingresos obtenidos “por la utilización de las infraestructuras portuarias”, es decir, procedentes de las tasas del pasaje y la mercancía que pasa por el puerto, y que en 2022 se dispararon en el 30%. Los ingresos procedentes de las concesiones del recinto, por su parte, han crecido el 6%, hasta los 76 millones de euros.
LOS GRANELES LÍQUIDOS Y LOS AUTOMÓVILES LIDERAN LOS CRECIMIENTOS PORCENTUALES
Aunque la autoridad portuaria de Barcelona reconoce la creciente atonía de la última parte del ejercicio, ya avanzaba recientemente que este había sido de récord en cuanto a tráficos: con un total de 70 millones de toneladas movidas, 2022 ha incrementado el resultado de 2021 en el 6,9%, y ha superado por primera vez el volumen de 2019, de 67,9 millones de toneladas. Así, la práctica totalidad de productos movidos aumentan sus porcentajes, aunque destacan especialmente los graneles líquidos y los automóviles, que marcan los crecimientos más importantes. En el primer caso, el director general de la autoridad portuaria, José Alberto Carbonell, ha destacado el papel del gas natural licuado (GNL), cuyo movimiento a través de Barcelona se ha incrementado en el 34,5% “como consecuencia del corte del gasoducto que unía Marruecos con la Península Ibérica”, disparando las importaciones de las plantas de GNL regionales, y “por otro lado, las obligaciones de carácter estratégico europeas, que obligaba a almacenar un volumen importante de GNL” como derivada de la crisis en Ucrania y las sanciones a Rusia.
En el caso de los automóviles, la subida es del 18,4%, especialmente liderada por las importaciones y el tránsito. En este segmento, el puerto de Barcelona lleva tiempo trabajando para canalizar los flujos de coches producidos en Asia, y “la llegada de nuevas marcas, básicamente de China, que están apostando por distribuir en toda Europa pasando por el puerto de Barcelona” han incrementado esas importaciones en el 63% en 2022, y el tránsito en el 150%, según ha detallado José Alberto Carbonell. En cambio, el directivo del recinto ha señalado la caída de las exportaciones de automóviles (-7,9%), cuyas causas se rastrearían a “la crisis de los microchips, que afectaron al suministro en general. Los coches salen de la cadena de producción, pero no se pueden finalizar por falta de componentes y no se pueden vender”, ha argumentado.
El puerto de Barcelona lleva tiempo trabajando para canalizar los flujos de coches producidos en Asia
La nota discordante al crecimiento de tráficos, sin embargo, la ha puesto la mercancía general en contenedor, que en 2022 no ha conseguido rebasar la cifra de 2021 y se ha quedado el 0,3% por debajo. Por parte de la autoridad portuaria, se atribuye esta circunstancia al marco económico global. Sin embargo, también se relaciona con las disrupciones logísticas en Asia -el primer origen y destino de los tráficos de Barcelona-, ya que, según José Alberto Carbonell, “el hecho de que muchos pedidos de Navidad se adelantaran a verano” por miedo a las disrupciones, “generó un verano inusualmente bueno, pero los almacenes estaban llenos en noviembre”, lo que habría remarcado ese descenso en el último trimestre del año.
LOS FERRIES CON BALEARES IMPULSAN EL CRECIMIENTO DEL PASAJE
Aunque los números de 2022 dejan muy atrás las cifras de 2021 en cuanto a pasajeros del puerto de Barcelona, los cruceristas siguen por debajo de la cifra prepandemia, que fue de 3,1 millones de personas. No es ese el caso de los ferries, que sí trascienden el umbral de 2019 y llegan a los 1,6 millones de pasajeros en 2022. Detrás de la recuperación, según el director general del puerto de Barcelona, se encuentra la evolución de las líneas con las Islas Baleares, que han sumado 300.000 pasajeros más durante el ejercicio. En este sentido, José Alberto Carbonell ha argumentado que “el hecho de tener tres compañías de conexión” con las islas “ha favorecido el traslado de pasajeros desde la conexión aérea con Baleares a la marítima”. Este crecimiento ha servido también para cubrir el desempeño de las líneas con Italia y Marruecos, que en 2022 han registrado descensos.